Leí hace poco en un artículo, un dato que me dio mucho qué pensar. Hablando de personas que se habían sometido a una intervención de bypass coronario, comentaba que después de 2 años de la intervención, el 90% no habían hecho cambios en su estilo de vida.  O sea que en la mayoría de los casos, el saber que su vida estaba en peligro y que había un riesgo grande de sufrir un ataque al corazón, no era suficiente para impulsar el cambio de hábitosHoy en día la mayoría de la gente está bastante bien informada y sabe que para estar sano y prevenir enfermedades como el cáncer, la diabetes, los problemas cardíacos o la obesidad, no debe fumar, debe llevar una alimentación saludable, hacer ejercicio físico, descansar bien, no abusar del alcohol y gestionar bien el stress.

¿Si saberlo lo sabemos, porqué a veces nos cuesta tanto llevarlo a la práctica?

Yo creo que son varios los motivos por los que esto pasa. Por un lado, vivimos en una sociedad que NO nos invita a la vida sana: estamos rodeados de comida poco recomendable, la tecnología nos impulsa a que nuestra vida sea híper-sedentaria, tenemos muchas más cosas que hacer que tiempo disponible, por lo que nuestro ritmo es exageradamente acelerado y nuestro nivel de stress muy elevado…

Así, pues, ¿qué podemos hacer para realizar cambios positivos en nuestros hábitos de salud? Por un lado, te invito que pares un poco y te tomes un tiempo a reflexionar cómo vas de salud, porqué es importante para ti tu salud y cómo te gustaría que fuera. A partir de aquí, márcate objetivos que sean realistas y muy detallados. Por ejemplo, si quieres mejorar tu alimentación no es suficiente con proponerte «a partir de ahora comeré mejor». Te puedes plantear en cambio: «esta semana, lunes, miércoles, sábado y domingo, en cuanto me levante, tomaré un desayuno saludable (una tostada, una fruta, frutos secos y un café). Luego, ves paso a paso, poquito a poco. No pretendas hacer de golpe algo que no has hecho nunca antes. También te propongo que compartas tus objetivos con la familia o amigos. Ayuda a que el compromiso que adquieres tenga más fuerza. Por otro lado, celebra tus éxitos y logros y aprovecha tus «fallos» para aprender cada vez más. Piensa que cambiar es un proceso y no siempre es fácil.

En resumen, haz de tu salud una prioridad y ocúpate de hacer aquello que ya sabes que es importante que hagas: ¡cuídate!

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