Hoy quiero hablarte de una frase que seguro que te has repetido bastantes o muchísimas veces:
«Por un poco no pasa nada»
La aplicamos en este caso a cosas que te comes y sabes que no te aportan nada, más bien te perjudican. Cosas como galletas, cereales, bollería, refrescos, snacks, helados, chocolate, yogures de sabores, chucherías, pasteles…
Y REALMENTE… ¿PASA ALGO?
El problema suele ser que este «poco» acostumbra a írsenos de las manos.
Y acaba no siendo poco. Si no te lo crees, solo tienes que coger libreta y boli y apuntar durante una semana todas las cosas de este tipo que acaban en tu cuerpo.
Este tipo de productos son perjudiciales para tu salud, llevan un exceso de azúcar y grasas malas que están directamente relacionadas con el sobrepeso y la obesidad, las enfermedades cardiovasculares, diabetes tipo 2, algunos tipos de cáncer… No es para tomárselo a broma.
Y no solo eso, normalmente no nos paramos a pensar en ello, pero consumir productos insanos y llevar una mala alimentación nos resta, y mucho, bienestar. Poca energía, poca vitalidad, poca capacidad de concentración, malhumor, ansiedad.
Y ya, para bingo, está probado que estos productos tienen propiedades adictivas, así que cuanto más comes, más quieres comer. Además de que alteran completamente tus papilas gustativas, las acostumbran a sabores hiperdulces y hiperpalatables que no se encuentran en la naturaleza, haciendo que no puedas apreciar el sabor auténtico de los los alimentos de verdad (verduras, hortalizas, frutas, legumbres…).
EL PROBLEMA
El problema es que tendemos a fijarnos en la gratificación inmediata y dejar de lado nuestros objetivos de perder peso y estar saludables.
Te lo contaba en este artículo. Nos atraen tanto estos productos porque alimentan a nuestras ganas de gratificación inmediata. Pero por el contrario, nos impiden alcanzar nuestros objetivos a largo, medio plazo. Si quieres estar sano, saludable y en tu peso, estos productos no pueden formar parte de tu alimentación habitual. Tienes que poner el foco en tus objetivos y no en el ahora mismo.
El problema es que solemos tener una mala relación con la comida y luego nos sentimos culpables por ese «poco».
No nos damos cuenta porqué está tan extendido que nos parece «normal», pero nuestra relación con la comida no es sana. La solemos usar para tapar nuestras emociones y comer estos productos que sabemos que no convienen, nos hace sentir muy culpables. La culpa no sirve de nada y hay personas a las que la culpa por no estar en su peso y no cuidarse las acompaña allí donde van y les afecta en todos los ámbitos de su vida. Y es un peso enorme.
El problema es cuando te lo dicen los demás…
En este entorno donde comer mal es lo habitual, es muy frecuente que a las personas que nos cuidamos y queremos comer sano, nos apabullen todo el rato: «por un poco no pasa nada», «¿qué estás a dieta?», «¿porqué no comes?», «come más»… y así hasta el infinito.
Tienes que tener muy claro que para ti es importante comer bien y que lo haces a tu manera.
RESUMIENDO…
La frase «por un poco no pasa nada», no te ayuda. Lo importante es que comas de una manera consciente. Ten en cuenta que que cada una de las decisiones que tomamos son importantes. Y cada uno tiene que encontrar un equilibrio donde la gran mayoría de sus decisiones sean saludables. Para algunos esto implicará comerse un trozo de pastel de vez en cuando, para otros, una vez a la semana, para otros nunca. Lo que está claro es que no puedes consumir productos insanos de manera diaria.
Y ahora cuéntame… ¿Te dices mucho esto de «por un poco no pasa nada»?
Foto de Anastasia Shuraeva en Pexels
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