Personalmente, meditar es un hábitos que se me resiste. Ahora en mayo me pongo las pilas para conseguir que se quede conmigo… Como no soy la persona más indicada para hablar de ello, hoy, el post lo escribe Arati García, que es experta en el tema.

¿Te sientes corriendo de aquí para allá, tratando de cumplir con todo y con todos, tratando de sentirte realizada o, incluso, tratando de encontrar tu lugar en el mundo?

Es un hecho. Esta es una época de estrés.

El problema es que continuamente vamos hacia afuera. Dirigimos nuestra energía y atención hacia el mundo exterior y lo que sucede es que nuestra energía y vitalidad se va drenando. Va desapareciendo hasta que la vida nos da un toque y comenzamos a escuchar.

¿Alguna vez te has planteado preguntas estilo…

  • ¿Quién soy yo?
  • ¿Qué estoy haciendo con mi vida?
  • ¿Es esto lo que realmente quiero?
  • Incluso… ¡Dónde voy corriendo como loca sin saber dónde ni cómo!

La agitación en nuestra mente y en nuestras emociones nos hace perder el objetivo, la motivación, incluso la alegría en la vida.

Pero ¡vengo con buenas noticias!

Existen herramientas que nos ayudan a parar, a calmar la mente, a relajar y abrir nuestro corazón, a sanar desde dentro y fortalecernos… y sobretodo a CONECTAR CONTIGO MISMA.

Una de estas herramientas es la meditación.

Crear un espacio para parar, relajarte, conectar contigo misma, sentirte, soltar, perdonar, amar…

En silencio. Desde tu interior. Desde una calma profunda que nace dentro de ti.

Puede que parezca complicado, ¡incluso imposible! especialmente cuando estamos en medio del torbellino de la vida. Pero por pequeña que sea tu práctica, sin duda verás los resultados.

Entre otros beneficios, al meditar conseguirás:

Calmar la mente

Con las técnicas apropiadas, tu mente se irá calmando, enfocando y concentrándose. Es un proceso en el que irás “retirando” tu energía del exterior para ir dirigiéndolo hacia dentro de ti misma. No para analizar, sino para estar, para sentir. La mente encuentra ahí un estado de quietud, de calma y felicidad sutil…

Calmar tus emociones

Al calmar la mente y los pensamientos, el corazón y las emociones también se calmarán.

Poco a poco desarrollarás un estado de paz y contentamiento en tu corazón y las emociones se irán transformando siendo cada vez más livianas y alegres.

 Incrementar tu memoria

Conforme vas calmando la mente, te será más fácil concentrarte, prestar más atención y retener mejor la información haciendo que tu memoria sea más efectiva.

Aumentar tu autoestima

Poco a poco irás enfocándote hacia dentro, hacia ti misma, descubriendo el maravilloso universo dentro de ti.
Dejarás de darle tanta importancia a lo de fuera y valorarás más lo que tienes en ti. Lo que eres y de lo que eres capaz 🙂

Mejorar tus relaciones

La meditación te ayudará a desarrollar paciencia, escucha, comprensión… primero de forma sutil, y cada vez más potente.
Estos son ingredientes clave para cualquier relación saludable y armoniosa, sea del ámbito que sea.

Dormir mejor

Al calmar la mente, las preocupaciones y el estrés reducirán. Tu cuerpo podrá relajarse más y mejor y acabar el día con una pequeña meditación, donde entregas todo el día y te “liberas” de cualquier responsabilidad, hará que tu descanso sea más profundo y reparador.

Mejorar tu salud

A demás de calmar la mente, todas las funciones vitales corporales se calmarán y relajarán. El oxígeno fluirá mejor por tu cuerpo y tu corazón y órganos recuperarán un ritmo suave y tranquilo.
Al no tener tanto estrés, todos tus órganos y tejidos podrán recomponerse y funcionar con más armonía y eficacia, en definitiva: cumpliendo su función 😉

Sentirte más feliz

Poco a poco se desarrollará en tu corazón una sensación de calma, de paz profunda.
Descubrirás y sentirás desde lo más profundo que en esa calma TODO ESTÁ PERFECTO. Una sensación de aceptación y confianza se despertará en tu corazón y una felicidad sutil comenzará a expandirse en ti, desde lo más profundo.

¿Cómo hacerlo? Comienza ahora mismo

Y esto es sólo el comienzo.

Ponla en práctica, por poquito que sea, cada día; verás cómo tu vida da un cambio precioso.

Habrá días que te sea fácil ponerte y concentrarte y otros en los que no sea tan fácil. Pero la constancia será como esa gota que, poquito a poco, llenará tu vaso de quietud y felicidad.

Sin duda, un pequeño esfuerzo que podrá darte grandes alegrías.

Un abrazo,
Arati García