Dicen que hoy, por primera vez en la historia, los niños norteamericanos podrían vivir menos años que sus padres, y eso debido a la elevada prevalencia y severidad de la obesidad infantil en ese país.
En España, el 28,3% de los niños tiene sobrepeso, cifra realmente importante y preocupante.
¿Qué podemos hacer en casa para que nuestros niños se alimenten de manera saludable, hagan ejercicio y aprendan a comer bien y la importancia que esto tiene para su salud y su vida? ¿Cómo educamos a nuestros niños para que lleven una vida sana?
Lo más importante, hacerlo nosotros. Si en casa comemos mucha fruta y mucha verdura y las legumbres, los frutos secos y el pescado forman parte de nuestra alimentación habitual, es fácil que nuestros niños coman bien. Siempre teniendo en cuenta que cada persona (los niños también) tiene sus preferencias y se deben respetar. Si en casa practicamos deporte y aprovechamos los fines de semana para salir todos juntos de excursión o en bicicleta, es fácil que sean niños activos.
Un ejemplo divertido que ilustra esto me paso el otro día con mi hijo Linus, de 4 años. Volviendo contentísimo de una excursión en el colegio, me dijo: «mama, Pepito y Menganito llevaban para comer pollo con patatas de bolsa» y yo le digo «¿que te gustaría llevarlo a ti también en la próxima excursión? y me contesta tajante «no, prefiero los garbanzos» 🙂
Igual de importante que ponerles al alcance una alimentación saludable y una vida activa, es evitar al máximo los alimentos de escaso valor nutricional: bollería, embutidos, refrescos, snacks, galletas… Si en casa siempre hay crema de cacao, es muy probable que prefieran desayunar un bocadillo de crema de cacao que cereales, fruta y yogur. Tenemos que ser muy conscientes que una de las características que comparten los alimentos poco sanos es que son sabrosos. Igual que nos pasa a nosotros, a ellos también les gustan.
De la misma manera, evitemos las actividades sedentarias y poco educativas. ¿Realmente tu niño necesita la última vídeo-consola del mercado? ¿Qué limites estableces a la hora de ver la televisión?
Por otro lado, es importante no obligar a los niños a comer. Existe una tendencia muy extendida de forzar a los niños desde bien pequeños a comer, primero que se acaben los 240ml de biberon que tocan (suerte que con la teta no se puede saber lo que comen…), luego que merienden una papilla con un plátano, una manzana, una pera y un zumo de naranja (tú meriendas todo eso????), más tarde que se acaben la verdura… Incentivarlos a que prueben cosas nuevas, por supuesto, pero luego, que decidan ellos si les gusta o no (volveremos a ofrecérselo pasado un tiempo, los gustos cambian) y que coman la cantidad que necesiten.
Finalmente, no es bueno utilizar la comida como un premio ni como un castigo, también hay que evitar que se convierta en una lucha diaria. Comemos varias veces al día y si cada vez que lo hacemos se convierte en un drama, algo tendremos que cambiar.
Comer es necesario y también es un placer, hacer ejercicio también es necesario y también es un placer. Eduquemos a nuestros niños a que lo hagan tranquila y saludablemente.
Y si el pediatra detecta un problema de sobrepeso en tu niño, poneos en acción inmediatamente, visitad un buen dietista nutricionista que os guíe para mejorar la alimentación de tu hijo y incorporar más ejercicio físico para arreglar el problema.
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Lo más importante, hacerlo nosotros. Si en casa comemos mucha fruta y mucha verdura y las legumbres, los frutos secos y el pescado forman parte de nuestra alimentación habitual, es fácil que nuestros niños coman bien. Siempre teniendo en cuenta que cada persona (los niños también) tiene sus preferencias y se deben respetar. Si en casa practicamos deporte y aprovechamos los fines de semana para salir todos juntos de excursión o en bicicleta, es fácil que sean niños activos.
Un ejemplo divertido que ilustra esto me paso el otro día con mi hijo Linus, de 4 años. Volviendo contentísimo de una excursión en el colegio, me dijo: «mama, Pepito y Menganito llevaban para comer pollo con patatas de bolsa» y yo le digo «¿que te gustaría llevarlo a ti también en la próxima excursión? y me contesta tajante «no, prefiero los garbanzos» 🙂
Igual de importante que ponerles al alcance una alimentación saludable y una vida activa, es evitar al máximo los alimentos de escaso valor nutricional: bollería, embutidos, refrescos, snacks, galletas… Si en casa siempre hay crema de cacao, es muy probable que prefieran desayunar un bocadillo de crema de cacao que cereales, fruta y yogur. Tenemos que ser muy conscientes que una de las características que comparten los alimentos poco sanos es que son sabrosos. Igual que nos pasa a nosotros, a ellos también les gustan.
De la misma manera, evitemos las actividades sedentarias y poco educativas. ¿Realmente tu niño necesita la última vídeo-consola del mercado? ¿Qué limites estableces a la hora de ver la televisión?
Por otro lado, es importante no obligar a los niños a comer. Existe una tendencia muy extendida de forzar a los niños desde bien pequeños a comer, primero que se acaben los 240ml de biberon que tocan (suerte que con la teta no se puede saber lo que comen…), luego que merienden una papilla con un plátano, una manzana, una pera y un zumo de naranja (tú meriendas todo eso????), más tarde que se acaben la verdura… Incentivarlos a que prueben cosas nuevas, por supuesto, pero luego, que decidan ellos si les gusta o no (volveremos a ofrecérselo pasado un tiempo, los gustos cambian) y que coman la cantidad que necesiten.
Finalmente, no es bueno utilizar la comida como un premio ni como un castigo, también hay que evitar que se convierta en una lucha diaria. Comemos varias veces al día y si cada vez que lo hacemos se convierte en un drama, algo tendremos que cambiar.
Comer es necesario y también es un placer, hacer ejercicio también es necesario y también es un placer. Eduquemos a nuestros niños a que lo hagan tranquila y saludablemente.
Y si el pediatra detecta un problema de sobrepeso en tu niño, poneos en acción inmediatamente, visitad un buen dietista nutricionista que os guíe para mejorar la alimentación de tu hijo y incorporar más ejercicio físico para arreglar el problema.
Sobre la autora:
Natàlia Calvet, Wellness Coach, te ayudo a tener más energía mejorando tus hábitos de salud, para que puedas disfrutar y vivir la vida que deseas. Empieza ahora, inscribiéndote a mi Newsletter y descargándote gratis mis “10 CONSEJOS PARA AUMENTAR TU ENERGÍA Y VIVIR LA VIDA QUE DESEAS”.
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