Estos días te he estado hablando de tu relación con la comida, sobre si tienes una relación sana con la comida y sobre las consecuencias de no tenerla. Si es un problema que te afecta, sigue leyendo, ya que te voy a proponer cómo puedes trabajar en ello para conseguir que la comida sea la manera que tienes de nutrir tu cuerpo y no un agobio constante.
Para empezar, a lo mejor crees que es imposible conseguirlo.
Te habrás propuesto miles de veces comer bien y habrás «fracasado» todas ellas.
Es natural que pienses que es un tema que no puedes solucionar.
Pero déjame decirte que te equivocas. SÍ, SÍ que se puede solucionar.
¿Es fácil? NO
¿Es rápido? NO
Al fin y al cabo llevas toda tu vida construyendo y viviendo esta mala relación. No puedes darle la vuela a la tortilla en 2 días.
Y… ¿porqué es tan difícil tener una relación sana con la comida?
Por varios factores. Para empezar el entorno no te ayuda para nada. Tenemos acceso 24 horas a comida y la mayoría de ellas son opciones poco saludables y que no te convienen ni te hacen bien. Además, comer es algo que debemos hacer cada día varias veces. Se calcula que tomamos más de 200 decisiones relacionadas con la comida cada día, imagínate…
¿Qué puedes hacer entonces?
Trabajar en ello. Y de manera global. Tienes que trabajar en distintos frentes para conseguir tener esta relación sana y natural con la comida, para conseguir que comer sea un acto placentero para nutrir tu cuerpo, igual que lo es la ducha para estar limpio.
Tienes que trabajar en tus emociones. Tienes que profundizar en las emociones que te impulsan a comer mal y buscar alternativas saludables que te ayuden a vivir todas las emociones que experimentas en tu vida sin recurrir a la comida. Tienes que aprender a vivir todas tus emociones sin querer huir pitando. Tienes que permitirte sentir tus emociones sin juzgarte ni criticarte, simplemente , observándolas. Tienes que aprender a salir de la espiral de comer mal-sentirte culpable-volver a comer mal y a trabajar en tu culpa y en tus creencias sobre la comida.
Tienes que trabajar en tus hábitos. Muchas de las cosas que haces mal las haces de manera automática, se han convertido en hábitos. ¿No te da la sensación de qué no te da tiempo a pensarlo antes de atracar la caja del chocolate? Debes cambiar estos hábitos e incorporar otros nuevos que te hagan comer bien y se queden contigo para siempre.
Tienes que trabajar en tu alimentación. Dejar de comer estos alimentos que te dañan y tienen propiedades adictivas es el paso más obvio (aunque nada fácil). Pero hay otro tema muy importante. Tienes que saber, de verdad, cómo comer de manera saludable. Encontrar esa manera sana de comer que te sirva, te haga sentir genial y te dure para siempre. Y esto parece más fácil, pero no lo es tanto. Estamos rodeados de muchos mitos sobre alimentación que no te ayudan y te causan más ansiedad por comer.
Buenas noticias
Si quieres que te ayude a conseguir tener esta relación sana y natural con la comida, he creado el programa online “Cómo liberarte de tu ansiedad por comer en 21 pasos” específicamente para que puedas conseguirlo.
En el programa he volcado toda mi experiencia trabajando con centenares de clientes que también sentían que no tenían control sobre la comida y esto les generaba un estrés y agobio importante. Y han sido capaces de solucionarlo.
En el programa, trabajamos a 3 niveles que te enseñarán:
- Crear tu nueva relación con la comida y tener claro cómo vivir y gestionar tus emociones sin recurrir a la comida.
- Cómo cambiar tus hábitos y tu entorno para que comer de manera saludable te salga en automático.
- Descubrir cómo comer para nutrirte bien, minimizar tu ansiedad y optimizar el funcionamiento de tu cuerpo.
¿Te pones a trabajar para eliminar este problema de tu vida?
Si quieres conocer todos los detalles del programa y conseguir hacer las paces con la comida, aquí tienes toda la información:
Me encantó tu artículo; mi relación con la comida era de dependencia emocional, comía para ocultar mis miedos y frustraciones. Ahora hago más ejercicio, tomo más agua y no como tanta comida chatarra.
Me alegro Jorge, es un problema muy, muy habitual